El 16 de julio de 1969 la historia del hombre cambió para siempre: por primera ocasión un ser humano pisaba la superficie de otra roca que no fuera La Tierra; había llegado a La Luna. El acontecimiento marcó toda una generación que presenció en vivo y en directo el alunizaje mediante la radio o la televisión y que llenó los titulares de todos los periódicos del día siguiente. Las famosas palabras de Neil Armstrong “Este es un pequeño paso para un hombre, pero un gran salto para la humanidad” nunca se hubieran dicho de no haber sido por la creación con anterioridad de un enorme cohete de 3,040 toneladas y casi 111 metros de altura: el Saturno V, la máquina más poderosa jamás creada por el hombre.
“Elegimos ir a La Luna no porque sea fácil, sino porque es difícil”, dicha frase fue pronunciada el 12 de septiembre de 1962 por el entonces presidente de los Estados Unidos John F. Kennedy, quien, cansado de los logros soviéticos en la carrera espacial (recordemos que el primer satélite en órbita fue el Sputnik, en 1957, y el primer ser humano en el espacio fue el también ruso Yuri Gagarin, en 1961) puso la meta de que los estadounidenses pisarían La Luna antes de que finalizara la década… y se logró.
Pero para realizar dicha hazaña se necesitaba de mucha fuerza e ingenio, misma que se consiguió gracias a la creación de la serie de cohetes denominados Saturn (Saturno, en español). Dichos artefactos fueron concebidos por el pionero en cohetes, el alemán nacionalizado estadounidense Wernher von Braun (quien durante la Segunda Guerra Mundial ideó los cohetes Vergeltungswaffe 2, o arma de represalia número 2, mejor conocido como V2, los cuales aterrorizaron Londres y otras ciudades enemigas de los nazis hacia el final del conflicto armado). Después de finalizada la Gran Guerra, von Braun, junto con otros científicos, fueron “sacados” de Alemania por los Estados Unidos mediante la operación Paperclip (la Unión Soviética también los quería), y ya en Norteamérica, bajo las órdenes de la USAF (United States Air Force, por sus siglas en inglés), siguió con el perfeccionamiento de sus cohetes para crear, primero, el misil balístico Júpiter y luego la serie Redstone, mismos que servirían para las misiones del programa Mercury. Después de diseñar entre otros el V2, el Júpiter y el Redstone, y bajo la premisa de Kennedy de llegar a La Luna antes de la década, von Braun y su equipo crearon la serie de cohetes denominados Saturn, cuya cúspide (literalmente) fue el Saturn V.
El Saturn V fue una clase de cohetes denominados por la NASA como Heavy Lift Vehicle, o Vehículo de Lanzamiento Pesado, o como la misma agencia espacial estadounidense le gusta llamarlo: “Eso significa que es muy poderoso”. Fue diseñado específicamente para llevar astronautas a La Luna durante el programa Apollo, aunque no siempre fue así: algunas misiones solo orbitaron el satélite terrestre mientras que otras, sin tripulación, desplegaron una nave que alunizó antes de que el hombre lo hiciera, en la misión Apollo 11; y qué decir de la misión Apollo 13, la cual tenía como propósito descender en La Luna pero que casi terminó en tragedia (y que, al final, cosa curiosa, la misión fue catalogada como un rotundo éxito por haber traído con vida a los astronautas, aún con todas las probabilidades en contra).
Las dimensiones del cohete son en verdad asombrosas: mide 111 metros de alto, más que una cancha de futbol o como un edificio de 36 pisos; mientras que el diámetro es de 10 metros. Cargado totalmente para el despegue, el Saturn V pesaba 2.8 millones de kilogramos y sus motores generaban 34.5 millones de Newtons de empuje durante el lanzamiento, cifra que, créanos, es descomunal. Además podía llevar 50 toneladas de carga útil en una misión lunar.
En su fabricación participaron Boeing, North American Aviaton, Douglas Aircraft Company e IBM, entre otros contratistas. Era armado en el Centro Espacial Marshall, en Alabama, y de allí transportado a Florida en barcazas para su lanzamiento. Aquí una interesante secuencia de fabricación y armado del Saturn V.
Los impresionantes motores F1 del Saturn V
El total del cohete consta de tres etapas. Cada una de ellas quemaba la totalidad del combustible (consistente en keroseno, oxígeno líquido e hidrógeno líquido, todos ellos conservados a muy bajas temperaturas debido a su volatilidad) disponible antes de separarse del resto del cuerpo. Esto ocurría aproximadamente a 68 kilómetros de altura. Una vez concluido esto, los siguientes motores hacían ignición para continuar con la misión. Esta segunda etapa llevaba al cohete casi hasta la órbita terrestre. Consumido el combustible de la segunda etapa, tocaba el turno de la tercera, la cual llevaba el cohete hasta la órbita terrestre y lo empujaba hacia La Luna. Las partes de las dos primeras etapas caían en el Océano Atlántico (cabe recordar que el lanzamiento se realizaba en el Centro Espacial Kennedy, en Cabo Cañaveral, Florida).
La primera lo hacía aproximadamente a 550 kilómetros de la costa, mientras que la segunda lo hacía a unos 3,700 kilómetros de distancia. Contrario a lo que se pudiera pensar, estas partes no eran recuperadas por la NASA, sino que deliberadamente dejaban que se hundieran en el mar. La tercera etapa, o bien se quedaban flotando en el espacio o incluso caían en la superficie lunar.
Las distintas etapas del Saturn V
El primer Saturn V fue lanzado en 1967 durante la misión Apollo 4 y un año después fue lanzado otro Saturn V en la misión Apollo 6, ambas sin tripulación, ya que, de alguna manera, funcionaron como pruebas. La primera misión tripulada fue Apollo 8, cuya tripulación sí orbitó La Luna pero no descendió. Lo mismo sucedió con Apollo 9. Por otro lado Apollo 10 realizó la órbita al satélite terrestre y envió una nave sin tripulación para el alunizaje cuyas pruebas sirvieron para la siguiente misión, Apollo 11, la cual, como ya dijimos, cambió el curso de la humanidad (y que después reseñaremos en Ingeniería Extraordinaria con la información del Módulo de Mando denominado Columbia y el Módulo Lunar llamado Eagle, ambos transportados por el Saturn V).
Le siguieron las misiones Apollo 12, 14, 15, 16 y 17, todas tripuladas y con alunizajes exitosos. En cuanto al Apollo 13, ya comentamos lo sucedido.
La última ocasión que este coloso despegó de Cabo Cañaveral fue en 1973, misión no tripulada y de solo dos etapas que sirvió para poner en órbita el SkyLab, el abuelo de la EEI o Estación Espacial Internacional, dando así por terminada una importante etapa en el desarrollo tecnológico de la humanidad. Tan importante fue el Saturn V, que es la única máquina que ha llevado al hombre a La Luna.
Carlos Martín
Fuente: NASA, Wikipedia y Eureka
Fotos: NASA